Cómo obtienen agua los cactus en el desierto
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Las espinas de los cactus se producen a partir de unas estructuras especializadas llamadas areolas, una especie de rama muy reducida. Las areolas son una característica que identifica a los cactus. Además de las espinas, las aréolas dan lugar a las flores, que suelen ser tubulares y multipétalas. Muchos cactus tienen ciclos de crecimiento cortos y largos periodos de inactividad y son capaces de reaccionar rápidamente ante cualquier lluvia, ayudados por un sistema de raíces extenso pero relativamente poco profundo que absorbe rápidamente el agua que llega a la superficie del suelo. Los tallos de los cactus suelen ser acanalados o estriados, lo que les permite expandirse y contraerse con facilidad para absorber rápidamente el agua después de la lluvia y retenerla durante largos periodos de sequía. Al igual que otras plantas suculentas, la mayoría de los cactus emplean un mecanismo especial llamado “metabolismo ácido crasuláceo” (CAM) como parte de la fotosíntesis. La transpiración, durante la cual el dióxido de carbono entra en la planta y el agua sale, no tiene lugar durante el día al mismo tiempo que la fotosíntesis, sino que se produce por la noche. La planta almacena el dióxido de carbono que toma en forma de ácido málico, reteniéndolo hasta que vuelve la luz del día, y sólo entonces lo utiliza en la fotosíntesis. Como la transpiración tiene lugar durante las horas nocturnas, más frescas y húmedas, la pérdida de agua se reduce considerablemente.
¿Qué almacena el cactus en su tallo que le ayuda a sobrevivir?
Los cactus se encuentran en las selvas tropicales y hasta en el norte de Canadá. Pero su capacidad para prosperar en el desierto, donde la lluvia cae con poca frecuencia y de forma impredecible, es su rasgo más notable. ¿Cómo lo hacen? Trabajando de noche, utilizando métodos alternativos para generar energía y guardando algunos trucos espinosos en sus brazos. “Los cactus desarrollaron todo un conjunto de adaptaciones para sobrevivir viviendo en el desierto”, dice la bióloga evolutiva de plantas Erika Edwards.
De pie y en altoPocos cactus son tan reconocibles como el saguaro, o Carnegiea gigantea. Sin embargo, sólo crecen en el desierto de Sonora, y se mantienen en pie en partes del sur de Arizona, el norte de México y una pequeña zona del sureste de California.
Corey Binns vive en el norte de California y escribe sobre ciencia, salud, paternidad y cambio social. Además de escribir para Live Science, ha colaborado con publicaciones como Popular Science, TODAY.com, Scholastic y la Stanford Social Innovation Review, entre otras. También ha producido reportajes para NPR’s Science Friday y Sundance Channel. Estudió biología en la Universidad de Brown y obtuvo un máster en periodismo científico en la Universidad de Nueva York. La Asociación de Periodistas Sanitarios la nombró becaria de periodismo sanitario de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades en 2009. Ha perseguido tornados y ha vivido para contarlo.
Las plantas pierden agua a través de
Como todos los seres vivos, los cactus necesitan agua para sobrevivir. Sin embargo, prosperan en algunos de los lugares más secos del mundo. La clave es el sistema radicular de la planta, poco profundo pero extenso, que absorbe rápidamente la lluvia, que rara vez penetra más de unos pocos centímetros en el suelo. Durante las sequías, las raíces se deshidratan y se encogen, creando huecos de aire que impiden que el agua vuelva al suelo. Intrigados por estas características, Sang Joon Lee, Hyejeong Kim y Junho Kim querían crear un material duradero que pudiera absorber y almacenar agua de forma eficaz, sin cambiar otras propiedades físicas.
El equipo de investigación trató de replicar las características clave del sistema radicular de los cactus. Para imitar la raíz del cactus y su cubierta exterior, fabricaron un material compuesto por fibras de celulosa, cirogel de agarosa y micropartículas. A continuación, fabricaron un gel de forma cilíndrica y lo liofilizaron para formar una estructura que imita la composición en capas de la epidermis de la raíz del cactus. Las pruebas de laboratorio sugieren que el material resultante, inspirado en la raíz del cactus (CRIM), es capaz de absorber agua casi 930 veces más rápido de lo que se pierde por evaporación. Los investigadores afirman que la mezcla de fibras de celulosa, micropartículas y criogel se puede ajustar a necesidades concretas. Por ejemplo, si se añaden micropartículas repelentes al agua a este sistema, se podrían producir CRIMs útiles para la separación del petróleo y otros procesos de ingeniería basados en el petróleo. Concluyen que los CRIM podrían llegar a tener multitud de aplicaciones en agricultura, cosmética y medicina.
Cactus
Los cactus absorben muy bien el agua del ambiente. Se adaptan muy bien al baño o a cualquier otra habitación de la casa. Aunque se coloquen en un lugar húmedo, no olvides regarlos de vez en cuando.
La hiedra es estupenda si tiene mascotas, ya que puede ayudar a disminuir la cantidad de materia fecal aérea. Además, es capaz de absorber el formaldehído, que puede encontrarse en los muebles, los productos de limpieza del hogar y los revestimientos de las alfombras.
Del mismo modo, la hiedra puede eliminar los hongos habituales en las zonas húmedas. Es fácil de cuidar y necesita poca luz solar. Lo único que hay que hacer es mantener la tierra húmeda. Lo mejor sería mantenerla en macetas colgantes para que pueda absorber mejor la humedad que se produce.
Es una planta de interior muy conocida. Además de ser muy ornamental, es capaz de tomar parte del agua que necesita directamente del aire. También elimina hasta el 90% del formaldehído nocivo del aire que la rodea. Además, la Cinta no necesita mucha luz para vivir y su mantenimiento es muy ligero.